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UMMO-Ciencias

Sitio dedicado al estudio racional del asunto UMMO

 

¿Por que este sitio?

Muchas personas al acceder a este sitio pueden preguntar:

¿Pero creen ustedes, de verdad, que unos extraterrestres se iban a entretener durante años en enviar cartas a unas personas insignificantes? ¿De verdad son ustedes tan ingenuos como para no darse cuenta de que si existieran extraterrestres y pudieran llegar hasta nosotros, contactarían con nuestras autoridades y no con unos pobres indocumentados?

 ¿No se han enterado ustedes de que fue José Luís Jordán Peña el que montó todo este experimento sociológico? ¿No han leído sus declaraciones? ¿No han visto la máquina con la que se escribieron muchas de las cartas? ¿No conocen ustedes que fue él, Peña, quien hizo las fotos del OVNI de San José de Valderas? ¿No saben que Jordán Peña conocía desde muchos años antes al otro testigo del avistamiento de Aluche, Ortuño? 

¡Y en cuanto al contenido de las cartas! Realmente hace falta ser un prodigio de candidez o ser una persona carente absolutamente de espíritu crítico, para no darse cuenta de que todo lo que cuentan en sus cartas es copia deformada y mal interpretada de avances científicos ya conocidos, o de teorías filosóficas ya viejas, desenfocadas y recosidas. El asunto UMMO rezuma sincretismo, eclecticismo y falta de rigor.

Pero ustedes, ¿Que hacen dando vida a este cadáver? ¿Son ustedes unos ingenuos? ¿Son ustedes unos simples? ¿O solo pretenden perder lastimosamente su tiempo? ¡Que mal gusto, volver otra vez sobre UMMO!  

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Sí, sí, ya, ya sabemos todo eso, y no, no somos "tan" ingenuos ni "tan" simples.

Es cierto que el asunto UMMO es visto así por la (parte de) opinión pública (que conoce el tema), y es evidente que hay muy buenas razones para que aquellos que conocen solo parcialmente el asunto UMMO, recelen de él. ¿Por qué entonces dedicarle un sitio a un tema tan manido que lleva vivo desde el año 1966 y que ha sido repetidamente enterrado?

Vaya por delante que cada uno de los que contribuimos a mantener este sitio, vemos el asunto bajo diferente perspectiva, pero me atrevería a unificar unos cuantos de los presupuestos que nos mueven a interesarnos y a dedicar parte de nuestro tiempo a UMMO:

1- Creemos en la existencia de vida inteligente extraterrestre que está accediendo a nuestro planeta.

2- La excepcionalidad del contenido informativo del asunto UMMO, nos parece suficiente como para sospechar su posible origen extraterrestre.

Existencia de vida inteligente extraterrestre que probablemente está accediendo a nuestro planeta Tierra:

Aunque no tenemos ninguna prueba que lo avale, son cada vez son más los científicos que opinan que probablemente la vida no es un fenómeno restringido a nuestro planeta. No es fácil imaginar desde nuestro paradigma actual del evolucionismo por mutaciones al azar y selección por el medio, como podría la vida haber comenzado a desarrollarse en otros planetas de puro improbable que esto es, pero también es cierto que en nuestro siglo pocos se atreven a imaginar una especificidad tal de nuestro planeta que lo haga el único (o casi el único) en el universo en contener vida. La mayoría de los biólogos, aunque se sienten incómodos con el tema, seguramente opinan que la vida será probablemente un fenómeno muy extendido en el universo. Mucho mayor cautela suscita el interrogante de si la inteligencia habrá sido un fruto casual y único restringido a nuestro planeta o si será el resultado casi inevitable de la evolución.

Lo cierto es que además de estas discusiones puramente académicas sobre la vida y la inteligencia en el universo, tenemos desde hace años una masiva base de datos de supuestos avistamientos de Objetos Volantes No Identificados con un comportamiento que los hace parecer gobernados por una inteligencia. Muchísimos de estos supuestos avistamientos acaban siendo clasificados como fraudes o errores de interpretación de fenómenos naturales, pero un reducido porcentaje de ellos desafían cualquier interpretación racional.

Pero, ¿es cierto que desafían cualquier interpretación racional? La respuesta es: NO. Existe una interpretación sencilla y completa que consiste en suponer que estos objetos de apariencia metálica, opaca o brillante, que surcan los cielos a velocidades extraordinarias, silenciosamente, y que evolucionan mediante maniobras que desafían la explicación de nuestro paradigma tecnológico, son naves tripuladas por seres inteligentes, probablemente de procedencia extraplanetaria.

Esta explicación es adoptada de una manera "provisional" y a falta de otra mejor por un número cada vez mayor de personas inteligentes de nuestro planeta. Esta masa creciente de población incluye a un buen número de científicos y pensadores, a pesar de que para los científicos esta explicación choca con un muro casi ideológico. De acuerdo a nuestro actual paradigma físico relativista, se hace muy cuesta arriba admitir que unos seres procedentes en el mejor de los casos de sistemas estelares distantes unos cuantos años-luz, puedan llegar hasta nosotros en un tiempo adecuado para una vida humana.

Pero además; ¿Por qué los supuestos seres extraterrestres que nos visitan no se manifiestan claramente? ¿Por qué juegan al escondite con nosotros?

Si sumamos a la presunta imposibilidad de viajes interplanetarios (con duraciones de tiempo razonables), este comportamiento esquivo, es comprensible que una buena parte de nuestra sociedad muestre un fuerte escepticismo frente a la explicación de que esos supuestos avistamientos de OVNI, lo sean de naves tripuladas extraplanetarias.

En realidad la mayoría de la población se debate entre el escepticismo y la credulidad, y ante la falta de progreso para poder zanjar el dilema, muchos optan por una postura de distanciamiento cínico, consistente en negar el problema aduciendo sin demasiado rigor, que todo es fruto de la mitomanía de algunos, o el ansia de lo mágico y extraordinario de partes de la población.

Si nos situamos en un punto intermedio entre la credulidad y el escepticismo podemos acercarnos racionalmente, de acuerdo con el lema de este sitio, al fenómeno.

Si lo hacemos así, lo primero que nos queda claro es que negar la mayor, aduciendo que todo es una superchería, es una postura poco científica. Basta con indagar un poco para descubrir que un porcentaje suficientemente amplio de los avistamientos están bien documentados y que los testigos son fiables, y que el fenómeno descrito se corresponde inequívocamente con el de una nave aérea de fabricación "inteligente" y por último que su comportamiento excede en mucho las capacidades tecnológicas de nuestras propias naves aéreas. En definitiva lo que vemos en nuestros cielos son "naves aéreas tripuladas" pero, "no son nuestras".

Llegados a este punto hagamos por un momento un acto de humildad tecnico-científica y admitamos, aunque sea polémicamente, que una civilización extraterrestre avanzada científica y tecnológicamente respecto a nosotros, pueda haber descubierto vías que hagan posible el salvar las distancias interplanetarias en tiempos adecuados a la vida humana. Esta aceptación provisional y polémica tiene la ventaja de que nos desbloquea para poder continuar indagando esta vía y ver si llegamos a contradicciones mayores o si por el contrario nos propone soluciones al problema científico-técnico del viaje.

Si admitimos lo anterior, llegamos al segundo problema ya mencionado. ¿Por qué no se manifiestan ante nosotros de forma clara? ¿Que quieren? ¿A que juegan?

Esta segunda cuestión es, casi, más difícil de responder que la primera. En efecto la primera solo involucra un cierto acto -racional- de agnosticismo científico que la mayoría de las personas inteligentes es capaz de realizar. El aceptar la posibilidad de que conocimientos venideros completen nuestro actual paradigma científico y permitan explicar estos supuestos viajes de años-luz de distancia, es un sano ejercicio de distanciamiento que solo los más fanáticos de entre los científicos y los más obtusos de entre los no científicos, no están dispuestos a hacer. Pero sin embargo la segunda cuestión no toca únicamente a la razón sino también a nuestras emociones y a nuestra psique individual y colectiva: ¿Que hacen esos supuestos viajeros, mirándonos desde lo alto como a animales en un zoo? ¿Porque no bajan y dan la cara?

La verdad es que está segunda cuestión impacta de lleno en nuestro orgullo de humanos. Es humillante admitir que, para unas supuestas civilizaciones extranjeras, no somos más que objeto de un estudio lejano y distanciado. Es humillante admitir que, para esos seres, podamos ser como los insectos para un entomólogo, y que esos ET se consideren legitimados para abducirnos, estudiarnos y soltarnos después, para luego continuar su viaje.

Sin embargo, veamos una posible explicación.

Si fuera cierto que la vida y la inteligencia son moneda común en el universo, no sabemos nada de como se desarrollará la vida inteligente en otros planetas. No sabemos tampoco nada de que tipos de complejos culturales pueden desarrollarse en otros mundos, pero sin embargo tenemos idea de lo que ha ocurrido aquí en nuestro propio planeta y en tan solo unos pocos milenios. Si no fuera por lo habituados que estamos a nuestra propia diversidad, nos asombraría reflexionar que en unos pocos milenios hemos tenido civilizaciones y culturas tan extremas y distintas, como la asiria, la mesopotámica, la egipcia, la griega, la latina, la europea moderna, la islámica, la china, la azteca, la japonesa, la india, la maya, la inca, y eso sin citar a culturas menores, como la de la isla de Pascua, las africanas, la celta,... ¿Para que seguir? Creo que está claro hacia donde apunto.

Hagamos un poco más de historia. Cuando Alejandro Magno luchó con los persas, o cuando Roma devastó Cartago, nadie tenía el menor sentimiento de pérdida por aquellas culturas sometidas. Sencillamente los vencedores llegaban, arrasaban y saqueaban. Cuando Cristóbal Colón llegó a América, no hubo un solo hombre culto que derramara una lágrima por aquellas culturas azteca o inca que quedaron arrasadas, sin embargo no hay actualmente ni un solo ser culto que no llore la desaparición de la biblioteca de Alejandría. Así pues vemos que cuanto más evoluciona una civilización, más se interesa y protege a las otras culturas con las que convive. Cuando en el siglo XIX los europeos colonizaron África, ningún inglés, belga, neerlandés o alemán manifestó el menor interés por proteger al pueblo bosquimano, sin embargo hoy en nuestros días si descubriéramos una cultura primitiva no contaminada en alguna remota isla del sudeste asiático, es posible (todavía no me atrevo a decir probable) que se protegiera el acceso a esa isla para mantener esa cultura en toda su pureza y que se intentara un estudio no invasivo de ese pueblo.

¿Que tenemos que pudiera interesar a un supuesto ser inteligente de otro planeta más avanzado que el nuestro? Solo los más ingenuos, pueden pensar que una civilización extraña puede intentar sojuzgarnos para convertirnos en sus esclavos y extraernos los higadillos. Hace falta estar muy mediatizado para pensar que el oro de la Reserva Federal americana, o la bolsa de Tokio o de Londres, o la fórmula de la Cocacola, pudieran ser los objetivos de esos visitantes. En realidad lo único que le debería interesar a un pueblo más avanzado que nos visitara sería nuestra civilización, nuestra cultura. Más aun, yo imagino que lo que más le interesaría es preservar nuestra evolución para que así nuestra cultura planetaria pudiera llegar a la fase adulta y proporcionar al resto de pueblos inteligentes algo realmente original y único.

Pero ¿Que pasaría si esos seres aparecieran mañana en sus naves y descendieran para presentarse a las autoridades mundiales (por cierto, ¿a que autoridades?)? Imaginemos que se presentan por fin oficialmente y entablan relaciones diplomáticas con nosotros. Imaginemos que nos transfieren una tecnología y una ciencia que está a cientos o a miles de años de distancia temporal de nuestros paradigmas actuales. Imaginemos que nos muestran sus formas de organización social y económica, y que nos muestran su filosofía, su arte, su concepto de lo trascendente, su visión del cosmos y de la evolución. ¿Que pasaría?

Quizás haya quien piense que solo bien vendría de semejante transferencia cultural. Yo, lamento ser más cínico, lo que creo que pasaría es que una buena parte de los conocimientos científicos y técnicos irían a parar a manos de esas corporaciones industriales y de esos poderosos que hacen que nuestro mundo sea infeliz e injusto y que serían los que contarían con los medios adecuados y podrían realmente asimilarlos y utilizarlos y con eso conseguirían inmensos beneficios que solo harían nuestro planeta más desequilibrado e injusto aún. Por otra parte los métodos organizativos serían utilizados también por nuestra oligarquía para su propio interés. Por último su cultura más desarrollada y madura arrollaría a la nuestra y en el plazo de unas pocas decenas de años, habrían conseguido una destrucción social sin precedentes.

No quiero entrar a describir en detalle todo el complejo sistema de reacciones simultaneas y en cadena que imagino que seguramente se producirían, pero creo que no es difícil imaginar que ese escenario de alienación cultural y de potenciación de los desequilibrios de nuestra sociedad, serían muy probablemente la consecuencia de ese contacto prematuro e irresponsable por parte de unos extraterrestres que se presentaran ante nosotros así de claramente.

Muchos al leer el razonamiento anterior, desecharan esta posibilidad como una visión catastrofista poco probable, y en cualquier caso preguntarán: ¿Por qué entonces, si no desean establecer contacto con nosotros para no perjudicarnos, se dedican a pasear por nuestros cielos dejándose entrever? ¿No es esto contradictorio? ¿No sería más correcto el permanecer completamente en la sombra?

Vaya a continuación una respuesta especulativa. Yo pienso que la necesidad de proteger a una civilización planetaria de esa alienación cultural por contacto, no es algo de duración ilimitada. Yo imagino que si ese contacto oficial se produjera con un planeta que estuviera en un punto de evolución como el nuestro en el medioevo por ejemplo, el resultado sería irreversible y la cultura de ese planeta nunca llegaría a desarrollarse. Sin embargo también imagino que un planeta puede con el tiempo llegar a desarrollar su sociedad, dotándola de estabilidad, equilibrio y justicia y por otra parte puede llegar a crecer científica y culturalmente hasta el punto de comprender la estructura real del cosmos y sus leyes. Pienso que una sociedad en ese punto de evolución y habiendo asumido la gran probabilidad de la existencia de otras civilizaciones, puede intentar de una manera consciente y deliberada contactar con esas civilizaciones. Creo que llegados a ese punto, esa civilización planetaria se encontrará ya en condiciones de afrontar el contacto con otros seres inteligentes.

 ¿Donde estamos nosotros? Creo que estamos en un punto intermedio y que incluso ya hay sectores de la humanidad que estarían en condiciones de contactar sin riesgo de alienación cultural con esos seres extraplanetarios, pero sin embargo también creo que la humanidad en su conjunto y máxime con nuestra injusta estructura económico-social, no lo estamos. Pienso por último que no estamos excesivamente lejos (10 años? 100 años?) de llegar al punto en que una toma de contacto oficial pueda producirse.

No me extraña pues esa política, que parece deducirse de su comportamiento, de mostrarse de forma esquiva para de esa manera potenciar el cuestionamiento social de la existencia de vida inteligente extraplanetaria, y simultáneamente su no presentación oficial.

Con todo lo anterior: ¿Porqué UMMO es excepcional? ¿Porqué se puede sospechar un posible origen extraterrestre?

Supongo que muchos al leer hasta aquí se dirán: "Bien de acuerdo. Aunque con matices, puedo estar de acuerdo con lo anterior, pero ¿Y UMMO? ¿Que tiene que ver lo anterior con UMMO?”

Además de los avistamientos de OVNI, esto es de naves de procedencia desconocida, tenemos una rica colección de personajes que dicen haber entrado en contacto con esos supuestos viajeros del espacio, y de hecho hemos acuñado un nombre para ellos: "Contactados". Yo distinguiría dos categorías dentro de esos "contactados".  

La mayoría de los estudiosos del fenómeno OVNI tienden a catalogar el asunto UMMO dentro de este segundo tipo de contactos, pero las diferencias son notables. Veamos dos:

  1. Normalmente estos supuestos contactados, suelen presentarse a si mismos como seres especiales elegidos por “ellos”, algo así como embajadores plenipotenciarios de los extraterrestres. Muchos de estos, además, consiguen vivir (a veces muy bien) del protagonismo que el cargo de "embajador de los extraterrestres" les otorga. No sucede así para nada en el asunto UMMO. Desde las primeras cartas y hasta nuestros días han procurado, de una manera que parece deliberada, no otorgar protagonismo a ninguno de los receptores de sus cartas. Bien es cierto que algunos han recibido más cartas que otros y también es cierto que algunos se han interesado más por su contenido que otros, pero la regla general ha sido la de evitar que nadie asumiera el cargo de “embajador de los ummitas”.
  2. La segunda diferencia hace referencia al contenido. Evidentemente en este caso media un juicio de valor y admito que este punto puede ser visto de muy distinta manera, incluso de forma opuesta, por otras personas, pero a mi modo de ver y ciñéndome a lo que conozco, la mayoría de los contenidos de los supuestos “contactados”, es verborrea vacía. Mesianismos milenaristas, deseos buenistas de que el bien triunfe y el mal salga por la ventana, y pseudo filosofías trascendentales que son un refrito barato de orientalismo y teosofía y que inducen a la creación de grupos de “elegidos”. Todo un desatino. Hay también por último algunos contactados que describen planetas imposibles y teorías físicas que dan vergüenza ajena.

Volviendo a la pregunta inicial de esta sección. ¿Por qué el asunto UMMO es especial y no es un contactismo más al uso?

Veamos algunos puntos: 

Con todo lo anterior, ¿como creen ustedes que aceptemos sin más que un tal José Luis Jordán Peña, escribió todo esto? Yo he tenido la ocasión de hablar durante unas horas con el Sr. Jordán Peña y solo puedo decir que cuando le planteé estos temas, mi impresión fue que sencillamente no entendía ni de que le hablaba. 

Por todo esto en definitiva, creemos que merece la pena volver sobre el asunto UMMO, y repitiendo nuestro ya reiterado consejo, les volvemos a animar: Pasen ustedes, lean los textos, y juzguen.

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