NUESTRA CONCEPCIÓN DEL AIOOYAAIODI.
Cualquier pensador de TIERRA reconocerá la insalvable dificultad que entraña proyectar sobre mentes no formadas conceptos abstractos que reflejen toda la riqueza ideológica de las distintas escuelas filosóficas.
Nuestra pretensión de exponerle tales concepciones condensadas en pocos párrafos esteriliza desde el principio toda posibilidad de homogeneizar criterios, dándoles la forma adecuada que nosotros aceptamos. Pero al menos le servirá para bosquejar con pinceladas rápidas una imagen de la estructura de nuestro pensamiento.
Los avances conseguidos en el campo de la Cosmología, han arrojado suficiente luz para que las especulaciones de nuestros ideólogos abandonasen el terreno movedizo de las intuiciones, y para apoyarnos en un empirismo depurado, omniabarcante que nos ha permitido formular hipótesis mucho más consecuentes que las de antaño.
Podemos revelarles que el primer “schock” sufrido por las pretéritas concepciones mecanicistas del Cosmos, fue provocada cuando nuestros cosmofísicos alcanzaron a constatar la genuina naturaleza del espacio físico.
Nuestro modelo de Cosmos es capaz de explicar satisfactoriamente todos los interrogantes que se plantean no solo en Física sino en el terreno biológico y psicofísico. Es compatible con la rica fenomenología de la que somos observadores opcionales.
No es sin embargo un modelo definitivo y perfecto -real- sencillamente porque, si bien responde a nuestras propias formulaciones ¿qué es el ser?, ¿qué es el no ser?.. ¿qué es el ψ ser? ¿Por qué estamos aquí... qué es el ''ente” necesario? (Observe usted que procuro reflejar las formulaciones más familiares a ustedes) y por tanto al satisfacer armónicamente nuestras subjetivas aspiraciones de conocimiento, introducimos sofísticamente unas falsas convicciones.
La de que existe un modelo objetivo a nosotros. La de que al satisfacer nuestros propios esquemas mentales, propios de seres con una definida estructura neurocortical, podemos calificar al FUERADE-MI-MENTE como concepto “aprehendido” en toda su totalidad, sin tener en cuenta que otra entidad pensante DIFERENTE-A-MI-ESTRUCTURA pudo satisfacer también sus formulaciones, llegando a resultados que repugnarían a mi YO-ESTRUCTURAL pero que serían perfectamente válidos para él.
Más esto es un corolario a la inquietante pregunta expuesta en primer término. ¿Existe un modelo objetivo de “Cosmos”?, puesto que si la respuesta es negativa, la confusión introducida imposibilitara toda esperanza de certeza.
Pero antes de expresar nuestras ideas sobre los seres, sobre el AIOOYAAIODI (ENTE DIMENSIONAL) veamos cómo encaramos el problema de la información, cuya perversión inhabilitaría toda posibilidad de entendernos.