UMMOAELEUEE
Número de copias: 1
ESPAÑA
Recibida: 1-XII-1976
Señor:
En precedentes fechas hemos mantenido sólo tres comunicaciones vía telefónica con sus hermanos AGUIRRE CEBERIO, GARRIDO BUENDÍA y OCHOA SALUD. Ninguna otra comunicación procede de mis hermanos. Les suplicamos ejerzan una prudente desconfianza acerca de este medio de transmisión de mensajes, no aceptando como válido cualquier mensaje que no vaya posteriormente refrendado por sanción postal con nuestro sello. El resto de las llamadas proceden de hermanos suyos cuyos nombres nos reservamos, por ser bien conocidos de ustedes. Ignoramos las razones íntimas de su modo de proceder.
Pueden ahora comprender alguna de las razones de nuestra abstención informativa. Si sus propios hermanos introducen nuevos elementos de confusión en un tema que por razones pertinentes, nosotros, en propia defensa ya hacemos estratégicamente confuso, comprenderán que no podemos desear someterles a estados nocivos de ansiosa incertidumbre. Creemos sinceramente que nuestro contacto con ustedes es hoy verdaderamente perturbador para el fluido curso de sus vidas sencillas. Esta es la razón de que busquemos una situación equilibrada que trate de cohonestar la necesidad de cortar los vínculos que nos unen a ustedes -perturbadores- y evitar simultáneamente el estado de decepción y tristeza nostálgica, que tan brusca inhibición les generará sin duda.
Pensamos si ustedes no opinan lo contrarío, que una fórmula eficaz consistirla en buscar disciplinariamente y solidariamente entre ustedes la forma de concienciarse acerca de la esterilidad que supone cualquier intento de plagiar nuestros modelos de vida, filosóficos y científicos. Seguir manteniendo un suave escepticismo acerca de la identidad y verosimilitud de UMMO y desarraigar en lo posible evocaciones nostálgicas de pasadas experiencias.
En cambio nosotros no cortaremos nuestra información definitivamente. La espaciaremos dosificándola con lentitud en intervalos de meses. Y nos limitaremos a informarles acerca de nuestra Filosofía y Cultura UMMAAOO.
Deseamos hacerles ahora algunas puntualizaciones.
Nosotros no podemos prohibir a ustedes que se divulgue información acerca de los textos que les remitimos. Siempre nos hemos limitado a advertirles que si ello se hacía sin consentimiento nuestro, y simultáneamente tal difusión nos perjudicaba, cortaríamos los contactos unilaterales. Hoy tal perjuicio se ha disipado. No corremos ningún peligro. Ustedes pueden hacer uso de esa información, tan libremente como antes pero con la conciencia, además libre del temor de perjudicarnos. Sin embargo reflexionen que en cambio son ustedes los que podrán salir lesionados si no obran con cautelosa prudencia. Pensamos que violan el derecho de intimidad si publican sin autorización de los afectados, los nombres insertos en los textos mecanografiados que en su día remitimos a esos hermanos. Deberían omitir además aquellos juicios nuestros que pudieran herir las ideas adversas de otros hermanos, si aquellas se imprimieran en libros. Y en todos los casos es prudente que el autor del libro en su prólogo se muestre desconfiado acerca de nuestros testimonios y de la verosimilitud de la estancia entre nosotros, si no desea que al sancionar con su fe esta posibilidad, otros hermanos lo califiquen de tener sus facultades cerebrales perturbadas.
No pueden en justicia prohibir, salvando esas limitaciones apuntadas, que algún hermano corriendo el riesgo inherente a esta empresa, publique tales escritos.
Tengan en cuenta además cual es la situación actual de nuestra estancia en Tierra. A estas horas nos hemos cubierto ampliamente de cualquier riesgo acerca de que la Humanidad de este astro sólido sea conmocionada por nuestra presencia. Hemos comprobado hasta la saciedad de que existen latentes en ustedes complejas defensas cerebrales que les impiden socialmente aceptar tal tesis perturbadora, sin pruebas espectaculares y públicas. Son los mismos mecanismos frenadores que les impiden progresar con excesiva aceleración Tal vez la Red Social de ustedes está dimensionada así al contrario de la nuestra para evitarles que una demasiado rápida ascensión hacia formas de vida más avanzadas, les lleven a un desastre de dimensiones terrestres. La desconfianza y escepticismo que late en los humanos de Tierra hacia formas sociales más progresivas, la falta de fe, en el futuro, el temor hacia la libertad, el aferrarse a formas vivenciales periclitadas y anticuadas, el deseo de dependencia hacia un amo o un dictador, el inconsciente fervor hacia el orden aún violando la justicia distributiva, son otros tantos factores de defensa retrógrada que ofrecen la curiosa paradoja de resultar inmorales y aberrantes cuando constituyen los patrones de vida de uno de sus hermanos. Por ello los mejores de entre ustedes no piensan así. Los más inteligentes de entre ustedes abominan de esa forma mental de entender la vida, pero que acumulados en una sociedad les defienden de unos avances excesivos que introducirían, de acelerar su curso, catastróficas consecuencias.
Por ello no hay peligro de que socialmente se acepte la autenticidad de nuestra existencia. No existe riesgo de que unos cuantos de entre los humanos nos crean, puesto que por mucho entusiasmo que pusieran en propagar nuestras ideas, jamás conseguirán otra cosa que la sonrisa despectiva o la convicción de que están tratando con dementes.
Por si esto no bastase hemos dispuesto nuestra estrategia (y ya culminamos la tarea hace muchos meses) de que si alguien más sagaz posee alguna sospecha de que realmente nuestro grupo es poderoso y posee información difícil de explicar con lógica de Tierra, atribuir nuestra identidad a un poderoso Estado de la Tierra. De esta forma se explicarían ellos que poseyésemos información fidedigna de la alarma atómica decretada por su presidente y que les fue facilitada en su día a nuestros amigos de varios países.
No. No sientan temor de perjudicarnos, Disponemos de suficiente astucia y conocimiento del psiquismo de ciertos especialistas, para introducir el suficiente nivel de ruido, que perturbe cualquier conclusión inteligente que pudiera dañarnos. Son ustedes los que deberán tener cuidado. Pues si nosotros hemos elegido como máscara una falsa identidad, correspondiente a ciertas instituciones de una poderosa nación (y lo hemos hecho reflexivamente escogiendo a la que utiliza unos medios más repugnantes a la luz de la moral de Tierra) Los únicos que tienen conciencia de que no somos “ellos” es natural que se sientan perplejos y deseosos de clarificar la verdad. Es obvio que los más débiles en esta guerra de nervios, son ustedes.
Pero es que el grupo español de nuestros amigos de Tierra es precisamente el que cuenta con menos protección: El más desguarnecido, pues por culpa nuestra (mis hermanos en las primeras épocas de estancia realizaban experiencias sociológicas que en su día ustedes supieron) es el único que exteriorizó en publicaciones y reproducciones y reuniones públicas nuestros contactos. Sus hermanos de Canadá, Inglaterra, Australia, Checoslovaquia y algún otro país más, han guardado por su mayor prudencia y siguiendo con disciplina nuestros consejos, una reserva tan hermética que les libera plenamente de tales riesgos. A ustedes los conoce ya una fracción considerable de la opinión pública y sus nombres constan en ficheros de organizaciones que podrían algún día molestarles. ¿Comprenden ahora nuestro angustioso llamamiento a la prudencia ?.. ¿Comprenden ahora que espaciemos nuestras informaciones escritas para no complicarles en exceso?