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UMMO-Ciencias

Sitio dedicado al estudio racional del asunto UMMO

D100 Imposibilidad de aportar pruebas de su existencia. Consejos para desarrollar ideas propias.

UMMOAELEUE

Londres

12-6-1971

 

 

Queridos amigos de España:

 

Con progresiva preocupación, vamos observando la creciente difusión que la noticia de nuestra existencia va alcanzando en ese histórico país de Europa.

 

No enunciamos este temor, en orden a los hipotéticos trastor­nos que pudieran provocar a mis hermanos, puesto que en el presente nuestras estancias en esa nación son esporádicas y de breve duración.

 

Mas con tristeza, hemos comprobado que nuestros exhortos anteriores no han sido estimados en su equilibrado valor. Les asegura­mos, y no es ello una simple apreciación subjetiva, que los trastornos que puede provocarles una adhesión -hoy- a nuestro testimonio, nuestro pensamiento, y nuestra propia ciencia, podemos calificarlos sin temor a so­breestimarlos, de muy graves. La cultura de una red social, no puede en estado de un desarrollo inarmónico, violarse profundamente con la inser­ción de injertos intelectuales foráneos, sin grandes extorsiones en su seno.

 

Ni nuestra filosofía, ni nuestros principios científico-técni­cos ni nuestra urdimbre social pueden en ese estadio histórico de Tierra, servirles como modelos hacia los que orientar sus propias pautas de civilización. De no aceptar este principio, al valorar las ventajas obtenidas, y compararlas con los quebrantos provocados, constatarían ustedes un balance favorable a estos últimos.

 

El espejismo de unos seres de procedencia galáctica redimiendo a la humanidad terrestre de unas miserias inherentes a su propia evo­lución, puede desencadenar en sus hermanos, mecanismos emotivos muy difíciles de controlar. Por ello nos hemos negado sistemáticamente, y nuestra postura se rigidizará en este punto aun más si cabe, a ofrecerles datos objetivos que apoyen plenamente nuestra verdad, a entregarles pruebas absolutas que avalen nuestro testimonio, a clarificarles conceptos que aparecen difusos en nuestros escritos. De esa manera evitamos que la información esparcida entre unos pocos OEMMII (HOMBRE) de Tierra, alcance un umbral peligroso de verosimilitud.

 

No podemos de ese modo, ofrecerles los argumentos que les sirvan para sancionar positivamente la para ustedes hipotética existencia de estos viajeros procedentes de Ummo.

 

No podemos por menos, de felicitar a aquellos de ustedes que pese a la lectura de nuestros informes, han mantenido su independencia de criterio, observando frente a nosotros, una justa y valiente actitud crítica, atacando racionalmente nuestra propia versión mediante una analítica y sistematizada exploración racional, cuando aquella se enfrentaba a las teorías hoy en vigor dentro de este astro sólido.

 

Aunque también nos emociona y engendra en nosotros un in­contenible afecto hacia aquellos pocos hermanos suyos, que más guiados por sus sentimientos nobilísimos, que por un proceso de racionalización lógica, se han visto imperiosamente impelidos a admirarnos tratando incluso de asimilar en lo posible nuestras ideas. Por ello nos es más doloroso, vernos obligados a impugnarles con suave disuasión su erróneo comportamiento.

 

Existen en Tierra ideales sustitutivos de los nuestros, que pueden abrazar sin temor y con bien cimentada esperanza. Otra línea de adhesión, les sumergiría a ustedes en un angustioso laberinto, para al final, estrellarse contra un espejo que refleje con engañosos destellos, la imagen de una utopía. Vean sus hermanos de Tierra como consejos nuestros tales como:

 

LA ELABORACIÓN DE UNA EPISTEMOLOGÍA MÁS OBJE­TIVA, LA ACEPTACIÓN DE UNA CONDUCTA ILUMINADA POR UNA MORAL SOCIAL ELEVADA, EL RECHAZO DE AQUELLOS FACTORES QUE INHIBAN EL PROGRESO IDEOLÓGICO Y CIENTÍFICO, EL ESTUDIO CUIDADOSO DE SU MARCO ECOBIOLÓGICO SOCIAL CON PRIO­RIDAD SOBRE OTRAS INVESTIGACIONES, LA DEFENSA DE LA JUSTICIA SOCIAL MUY POR ENCIMA DE LOS PRINCIPIOS DEL ORDEN, LA ENTREGA VALIENTE A UNA CAUSA QUE LA CONCIENCIA DE CADA HOMBRE SEÑALE COMO LA MÁS CAPAZ DE SATISFACER  LOS IDEALES DE UNA RED SOCIAL LIBERADA DE LA OPRESIÓN DE UNA MINORÍA SOBRE LOS INTERESES JUSTOS DE LOS DEMÁS, LA ACEPTACIÓN DE UNA TELEOLOGÍA QUE POSTULE UN PRINCI­PIO DE CAUSALIDAD EN EL COSMOS; EL RESPETO PROFUNDO HACIA LAS CONCEPCIONES MENTALES DE LOS DEMÁS OEMMII AUNQUE LAS JUZGUEN EQUIVOCADAS....

 

Pueden ustedes acatarlas si desean una verdadera evolución de la biosfera de Tierra, más tales exhortaciones ya las formularon an­tes hermanos suyos de Tierra de sublime honestidad y preclara inteligencia. Nosotros nos limitamos a señalar su concordancia con nuestro pen­samiento.

 

Este preámbulo puede inducirles a pensar que tratamos de coaccionarlos para que no investiguen acerca de nosotros, o bien pueden sospechar que invitarles a no compartir nuestras ideas y aconsejarles gran reserva, constituye una sutil añagaza coactiva -por incitante- para que se apliquen aún más en su inmersión en ella. De ese modo concluirían, que nuestra sigilosa conducta, no es más que una astuta estratagema psicológicamente estudiada, para ganar adeptos sugestionados por el esoterismo y el misterio.

 

No podemos impedir que acepten, este, para nosotros, injusto y amargo sofisma. Pero piensen que si así fuese, los hechos desmienten por sí solos tal postulado. Desde que la noticia se expansionó, hemos restringido nuestros contactos. Cualquiera de ustedes que se moleste en realizar un estudio, siquiera superficial, no podrá probarnos que hemos creado algún grupo de correligionarios, y mucho menos una “opinión de masas”, más bien hemos yugulado precisamente con firmeza cualquier in­tento en ese sentido, procurando que los diversos hombres de Tierra dispersos en unos pocos países, no se conociesen entre sí. Precisamente ese país: ESPAÑA constituye una excepción debido a circunstancias por ustedes conocidas, más ustedes mismos son testigos que nuestro flujo informativo ha ido debilitándose precisamente en proporción inversa a la alarmante difusión de tales noticias.

 

No puede sostenerse seriamente que tratamos de captar “adeptos” entre los OEMII de TIERRA, más naturalmente son ustedes libres de pensar y obrar como deseen. Nunca podrán acusarnos de haber violado gravemente esa libertad sagrada para nosotros. A lo sumo en nuestras relaciones les hemos formulado ruegos que naturalmente no les comprometían frente a su conciencia o a las respectivas legislaciones de sus países.

Pero tan libres como ustedes para obrar respecto a nuestra presencia entre ustedes: libertad que les autoriza para usar de cualquier modo nuestros informes, para realizar sondeos e investigaciones, para atacarnos incluso, libres somos nosotros para en uso de nuestro propio derecho de autodefensa, envolvernos en una “cortina de humo” suspen­diendo toda señal que nos identifique, anulando envíos postales como ya respecto a conversaciones telefónicas hicimos desde tiempo atrás, des­pués de un incidente  del que fue protagonista un hermano mío en Estados Unidos de Norteamérica.

 

Este es el único equilibrio válido y ético en nuestras propias relaciones con hombres de Tierra a falta de un imposible por ahora, instrumento que regularice oficialmente una alianza mutua. Huelga indicar­les la sencillez de los procedimientos que escogeríamos para convencer, en caso de peligro, a toda la humanidad de Tierra de que nuestra existen­cia entre sus habitantes es una “falacia.” Todas las cartas informativas que les hemos escrito, han sido estudiadas cuidadosamente para tal emergencia. Si nos hemos visto obligados a introducir elementos de duda, no ha sido para engañarles (podemos asegurarles que el conjunto global de la información accesible a ustedes es auténtica y pura) sino presumiendo la posibilidad futura de vernos obligados a introducir un lícito confu­sionismo que neutralice cualquier intento serio de que tomen seriamente conciencia a escala macrosocial de que nos encontramos en su biosfera.

 

HOMBRES DE TIERRA: Queremos de una vez que sean conscientes de nuestro auténtico objetivo. Hemos remitido a unos pocos her­manos suyos de mente más abierta, repartidos entre varios países, para que los conserven como PRUEBA futura inequívoca de nuestra estancia en viaje de exploración y análisis de este planeta. Los destinatarios han de convencerse que son simples guardianes escogidos al azar entre personas predispuestas a respetarlos, unos informes que extractan algunos aspectos de nuestra cultura.

 

Pero ello no les autoriza a propagar nuestros principios como sustitutivos o ni siquiera complementarios, a los que rigen entre los Te­rrestres. Ustedes están obligados a seguir fielmente su propia evolución, respetar sus leyes aborígenes, y si incluso se diera el penoso dilema de tener que escoger en caso de conflicto, entre sus propios coterráneos y nosotros, seres extraños a la corticosfera del astro solidificado Tierra, deberán sin dudarlo un instante ser fieles a los suyos. Nosotros disponemos de sobrados medios disuasorios no cruentos para defendernos si ta­les ataques fueran injustos y no toleraríamos jamás infamar a un solo hombre de Tierra haciéndolo traidor a los que lo engendraron.

 

Perdónennos, amigos, si insistimos reiterativamente en los términos en que nuestras mutuas relaciones están fundamentadas.

 

Nos hemos puesto en contacto con algunos hombres de Tierra conscientes de que podemos pasar desapercibidos mezclados entre ellos en un programa destinado a enviar a nuestro pla­neta matriz Ummo amplia información sobre aspectos geológi­cos, biológicos, astronómicos y sociohumanos de este astro sólido. Estos hombres del planeta visitado no serán extorsionados en su proceso evolutivo y ello, no por una graciosa concesión nuestra, sino en virtud de unas leyes morales uni­versales que no deseamos conculcar. Ellos son libres de hacer un uso arbitrario de tales informes pese haberles perfilado nuestros consejos al respecto. Ellos son libres de reservar­los con sigilo, o proyectar una persecución implacable contra nosotros si equivocadamente nos juzgan un peligro.

 

Más si en vez de convertirse en prudentes y pasivos deposi­tarios, acceden a cualquier conducta que pueda trascender con carácter macrosocial al resto de la Red sociohumana terrestre, la alianza tácita que por propia iniciativa hemos tendido entre ustedes y mis hermanos, se habrá roto. El silencio y hermetismo habrán sustituido estas cuidadosas fil­traciones informativas, y complementaremos tal medida inyectando en los medios de Tierra las dosis suficientes de infor­mación perturbadora, para que todo el resto de documentación retrospectivamente acumulado, resulte a los ojos de técnicos y profanos, como carente de valor probatorio, desprestigiándola en suma.

 

Esta es nuestra genuina postura que nosotros sabemos sin­cera. Si ustedes prefieren creer que tras ella se esconden oscuros designios, o tenebrosos planes de un hipotético grupo cuyos objetivos finales sean inmorales, y cuya procedencia pueda ser terrestre o extraterrestre, son libres naturalmente de hacerlo. En este punto nos es imposible di­suadirles sin lesionar nuestra propia y legítima defensa. Si ustedes estiman que deben acosarnos los gobiernos de Tierra por constituir un serio riesgo -alguno ya lo está haciendo con gran dosis de ingenuidad- háganlo con toda tranquilidad de conciencia. Por nuestra parte estamos seguros de que ni una sola prueba podrán mostrarnos de que hayamos hecho algún daño a nuestros nobles huéspedes de Tierra.

 

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